martes, 3 de febrero de 2009

Evy… ¡de cándida piel!


Constelación eterna,

sentir el rose de tu cuerpo…

Comienzo muerto,

hoy en día recuerdo, porqué fue

difícil el encuentro.

Perpetuar tu rostro, tu fisonomía.

Conquistaste un semblante agradable,

al amanecer aquel día.

Más tu faz, tus rasgos,

hechiza tu piel desnuda junto a la mía.

¡Ay…Cariño!

El rosa de tus ligas,

la areola de los senos,

los lóbulos de las orejas,

el cuello, tu cintura…

Las yemas de mis dedos,

el lamer, mis caricias,

las baladas, la champagne que

gozabas al llegar a orillas del mar.

Todo aquello es el mudo testigo del erotismo suscitado

en, el juego del placer de amarte…

¡Ay…Mujer!

De manera inocente, pretendiera vivir

junto a ti, si solo es el recuerdo, si, el repaso

de instantes que solías no

dormir en casa. Al ser yo, tu ilusión…

Tú, amante…

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