¡Ay morena!,
de semblante afable al caminar.
La melodía se torna grata,
con tú pasar.
Tus labios en silencio,
reflejan lo sensual,
el surco de ellos, quisiera rozar.
¡Ah!…
Siento vivo, el cauce de tu existencia
donde el río corre, regando
parte del fondo del valle
de mí silente, dormido corazón.
Reviviendo mis venas,
conquistas mí ilusión.
Creciente las aguas de un curso
Vivo, inspiras, en mí, ¡amor!
¡Morena, de embrujo mirar!
Tus mejillas, colindan la senda,
del arco de cupido,
permitidme, traspasar.
Más y más.
Tú mirar es vida,
Tú crepúsculo en la noche morena,
siente mí cosquillear, mis caricias
el rozar tú piel encenderá.
Extasiar, tus besos, tú pasión
Mí plena sublimidad.
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